Profilaxis preexposición (PrEP): una herramienta global en la lucha contra el VIH

La profilaxis preexposición revoluciona la prevención del VIH, pero su implementación global sigue enfrentando retos estructurales y sociales.

La lucha contra el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) ha evolucionado significativamente desde los primeros brotes registrados en la década de los 80. Uno de los avances más esperanzadores es la profilaxis preexposición (PrEP), una estrategia médica de prevención que consiste en la administración diaria o periódica de medicamentos antirretrovirales a personas con alto riesgo de contraer VIH.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han respaldado el uso de la PrEP con estudios que revelan una eficacia superior al 99% cuando se toma correctamente (CDC, 2024). La versión oral de PrEP (Truvada® y Descovy®) y las nuevas formulaciones inyectables de acción prolongada representan una revolución en la prevención.

No obstante, la adopción global de esta terapia ha sido desigual. Mientras en Estados Unidos y Europa se ha ampliado el acceso a la PrEP mediante políticas de salud pública, en América Latina y el Caribe la realidad es diferente. En República Dominicana, el acceso a PrEP sigue siendo limitado a ciertas instituciones y poblaciones, y la falta de información, estigma social y barreras legales siguen dificultando su masificación.

La PrEP no solo representa un avance biomédico, sino un reto ético y estructural: ¿Cómo garantizar el acceso equitativo? ¿Cómo enfrentar el estigma que recae sobre quienes acceden a ella? El estigma asociado al VIH es uno de los principales inhibidores de la demanda de este tratamiento preventivo. Además, existen mitos persistentes sobre la idea de que "promueve la promiscuidad", lo cual ha sido refutado por la evidencia.

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La OMS insta a los gobiernos a incluir la PrEP en sus programas nacionales de salud sexual y reproductiva. En países como Brasil y Sudáfrica, la PrEP ya forma parte de los protocolos de salud pública. En nuestro país, urge la capacitación de profesionales de salud y la inclusión de este recurso en las estrategias nacionales contra el VIH.

En conclusión, la PrEP es una herramienta poderosa para cambiar el curso de la pandemia del VIH. Pero su impacto dependerá de la voluntad política, el compromiso institucional y la transformación cultural hacia una salud pública inclusiva y sin estigmas.

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