Santo Domingo.- Los programas sociales desempeñan un papel fundamental en la lucha contra la pobreza y la desigualdad en todo el mundo y la República Dominicana no es la excepción, a través de Supérate, como principal estrategia, el Estado proporciona asistencia económica y servicios básicos a familias vulnerables, brindándoles un alivio necesario para mejorar sus condiciones de vida.
Sin embargo, es necesario reconocer que la efectividad de esta intervención social no recae exclusivamente sobre los hombros del Gobierno y de Supérate, institución que la implementa. Los beneficiarios y las beneficiarias también tienen un papel fundamental en su éxito a través de lo que se conoce como “corresponsabilidades”.
Cuando se habla de corresponsabilidades nos referimos a los deberes y compromisos que asumen las familias del programa social Supérate con acciones que permitan aumentar la calidad de vida de los mismos a través del acompañamiento sociofamiliar. Así lo explica la doctora Siria Frías, subdirectora de Superación de la Pobreza de Supérate.
“Estas corresponsabilidades o compromisos son pactadas con las familias al momento de su inclusión en el programa, tienen objetivos específicos, pero en general, buscan promover la participación activa de ellas en su propio desarrollo y el de sus comunidades”, asegura Frías.
El objetivo principal de las corresponsabilidades es incentivar a los hogares participantes del programa al acceso y uso de los servicios de salud y educación, para el bienestar de las familias. Priorizando a las embarazadas y niños niñas de 0 a 5 años, como medida de garantizar la integridad en el desarrollo de los infantes.
La subdirectora de Supérate detalla que para verificar el cumplimiento de los compromisos las familias del programa son acompañadas por un Supervisor Familiar, éstos se dirigen al hogar cada dos meses debidamente identificados y uniformados con una ficha para verificar lo siguiente: “en el caso de las embarazadas son verificados los meses de gestación, la cantidad de visitas al médico y reciben orientaciones básicas de la importancia del “chequeo oportuno para la prevención de la mortalidad materno-infantil ”, asegura la funcionaria.
Así mismo, explica Siria Frías, que en el caso de infantes de entre los 0 y los 5 años se verifica que posea su registro de nacimiento, así como también el esquema de vacunación al día y visitas médicas regulares.
“Le recordamos que las niñas sanas y los niños sanos, de 0 a 2 años, deben acudir a consulta pediátrica cada dos (2) meses. Mientras que las niñas sanas y los niños sanos, de 3 a 5 años, deben acudir a consulta pediátrica cada seis (6) meses y las embarazadas deben acudir a sus consultas prenatales por lo menos cada dos (2) meses”, recomienda Frías.
Con relación al compromiso educativo, informó que los padres, madres y tutores se comprometen a asegurar que sus hijos e hijas asistan regularmente a la escuela y reciban una educación de calidad.