Cada 12 de mayo celebramos el Día Internacional de la Enfermería, pero más que una conmemoración, esta fecha debe ser un llamado a la acción: a reconocer, valorar y proteger a quienes cada día dan lo mejor de sí por la salud del pueblo dominicano.
Las enfermeras son el alma silenciosa del sistema sanitario. Están presentes en los momentos más difíciles del paciente: durante el dolor, la incertidumbre, la recuperación y, muchas veces, en la despedida. Con manos firmes y corazón compasivo, hacen que la atención médica sea más humana.
En República Dominicana, estas profesionales enfrentan grandes desafíos: bajos salarios, largas jornadas, condiciones precarias y escaso reconocimiento social. Sin embargo, siguen ahí, firmes, cuidando, curando, acompañando.
Reconocer a las enfermeras no es solo una cuestión de justicia, sino de salud pública. Una atención de calidad solo es posible cuando se apoya a quienes la hacen posible desde la base.
A todas las enfermeras dominicanas: gracias. Su entrega no pasa desapercibida. Ustedes son verdaderas heroínas.