Cada 8 de mayo el mundo alza la voz por una causa urgente: el cáncer de ovario, el más letal de los cánceres ginecológicos. A diferencia del cáncer de mama o de cuello uterino, el de ovario suele detectarse en etapas avanzadas debido a su evolución silenciosa.
Se estima que más del 70% de los casos se diagnostican en fases tardías, cuando las posibilidades de supervivencia disminuyen considerablemente. Este tipo de cáncer es responsable de más de 200 mil muertes al año en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Síntomas comunes que no deben ignorarse:
- Hinchazón abdominal persistente
- Dolor pélvico o abdominal
- Sensación rápida de saciedad
- Cambios en el hábito urinario o digestivo
- Edad superior a 50 años
- Antecedentes familiares de cáncer de ovario o mama
- Mutaciones genéticas (como BRCA1 y BRCA2)
- No haber tenido hijos o tener infertilidad sin tratar
La falta de un método de detección eficaz como la mamografía para el cáncer de mama o el Papanicolaou para el cuello uterino complica el diagnóstico temprano. Sin embargo, el ultrasonido transvaginal y el marcador tumoral CA-125 pueden ayudar en algunos casos.